martes, junio 17, 2025

Preparación y resiliencia para proteger tu patrimonio en temporada de huracanes

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México, debido a su posición geográfica entre dos océanos y su extensa línea costera, se considera un país altamente expuesto a los huracanes. El Servicio Meteorológico Nacional de CONAGUA pronostica para la temporada de ciclones tropicales de 2025, que inició el 15 de mayo en el Pacífico, entre 4 y 6 huracanes de categorías 3, 4 o 5. En el Atlántico, cuya temporada comenzó el 1 de junio, se esperan entre 3 y 4 posibles huracanes de categorías 3, 4 o 5. Ante este escenario, la preparación adecuada resulta fundamental para salvaguardar hogares, negocios y familias.

Medidas de protección para inmuebles

La implementación anticipada de estrategias de mitigación es esencial para reducir los daños en la infraestructura de hogares y negocios, especialmente en zonas costeras vulnerables. Estas acciones abarcan desde reforzamientos estructurales hasta el uso de tecnologías avanzadas. Se incluyen aquí la fortificación de ventanas, puertas y techos, la construcción de muros de protección y barreras rompeolas. Además, la mejora de los sistemas de drenaje y el manejo adecuado de residuos son cruciales para prevenir inundaciones.

Es recomendable buscar la asesoría de un especialista en administración de riesgos. Este profesional puede orientar sobre las medidas de protección más convenientes para cada inmueble, considerando sus características específicas y su ubicación. Asimismo, el mantenimiento periódico y la mejora continua de estos sistemas son necesarios para asegurar su óptimo funcionamiento durante la temporada de huracanes o ante cualquier otro evento inesperado. Las autoridades como Protección Civil sugieren revisar y limpiar canaletas y desagües, así como asegurar objetos que puedan ser arrastrados por el viento.

Protocolos de prevención y respuesta

Además de la protección física de los inmuebles, es vital establecer protocolos claros que permitan a las personas responder de manera rápida y coordinada frente a emergencias meteorológicas. Esto implica definir rutas de evacuación bien señalizadas, identificar puntos de encuentro seguros, implementar sistemas de alerta temprana y mantener manuales de procedimiento actualizados. La capacitación del personal, tanto para antes como durante y después de un huracán, es igualmente indispensable.

Para quienes residen en áreas propensas a estos fenómenos, preparar una mochila o kit de emergencia es una medida preventiva esencial. Este debe contener agua potable, alimentos no perecederos, medicamentos indispensables, linternas, baterías y un botiquín de primeros auxilios. De manera complementaria, se aconseja resguardar documentos importantes en bolsas herméticas, tener a la mano una lista reciente de contactos de emergencia, mantenerse informado a través de los medios y consultar fuentes oficiales como la CONAGUA y Protección Civil para obtener las últimas actualizaciones y recomendaciones.

Soluciones financieras para proteger el patrimonio

Los huracanes figuran entre los eventos más costosos para el sector asegurador en México. Datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) indican que cinco de los diez eventos de mayor impacto económico han sido huracanes. Por ejemplo, el huracán Otis, de categoría 5, que afectó a Guerrero en 2023, ha sido el segundo huracán más costoso en la historia del país, con pérdidas estimadas cercanas a los 2,200 millones de dólares. Solo fue superado por el huracán Wilma, que impactó Yucatán.

Ante tales escenarios, disponer de la cobertura adecuada para este tipo de eventos es clave para la resiliencia de los hogares y los negocios, particularmente en estados costeros de alto riesgo como Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tamaulipas y Yucatán. Actualmente, existen dos tipos de seguros diseñados para ofrecer protección financiera ante fenómenos naturales:

  • Seguro de Daños: Este seguro tradicional cubre pérdidas materiales, ya sean parciales o totales, causadas por fenómenos naturales como huracanes y terremotos, o por eventos accidentales como incendios o explosiones. Después de un siniestro, un ajustador evalúa el inmueble asegurado para determinar las causas y el valor de los daños. Posteriormente, se efectúa un pago para la reparación o el reemplazo del bien.

  • Seguro Paramétrico: Este tipo de seguro ofrece cobertura para siniestros que ocurren dentro de rangos predeterminados. Si un evento alcanza o supera un parámetro establecido en la póliza contratada —por ejemplo, un cierto grado en la Escala Saffir-Simpson—, se realiza un pago al asegurado. Los seguros paramétricos no sustituyen a los seguros de daños, sino que actúan como soluciones complementarias para afrontar situaciones más inmediatas y cubrir gastos operativos derivados de desastres naturales.

Los agentes de seguros pueden orientar a las personas para encontrar la cobertura más adecuada, analizando el costo-beneficio y ajustando la póliza a las necesidades específicas. De igual manera, ayudan a comprender las condiciones del seguro, incluyendo el deducible a pagar, las exclusiones (lo que no está cubierto en el contrato) y las sumas aseguradas (los alcances de la cobertura y la diferencia entre el valor real y el valor de reposición o reconstrucción), entre otros conceptos importantes.

El impacto del huracán Otis en el sector asegurador fue menor en comparación con Wilma, no por una menor gravedad, sino porque menos bienes asegurados estaban cubiertos. Este hecho ilustra la considerable brecha de aseguramiento y la baja penetración de seguros patrimoniales que aún persisten en el país. El sector asegurador tiene el desafío de lograr que más personas comprendan que los seguros son herramientas que ofrecen protección financiera y facilitan la recuperación sostenible de las comunidades en los ámbitos económico y social.

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